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| Obra de Jacqueline Rush Lee con hojas de papel |
El camino hacia la digitalización del libro se cierne inexorable. Sin embargo, es conveniente detenerse a reflexionar sobre determinados aspectos que solemos dar por incuestionables, como por ejemplo, la relación directa que establecemos a priori entre la digitalización y un consumo cultural más ecológico. La eliminación de límites tales como el almacenamiento del libro, los altos porcentajes por distribución y venta que asume su PVP, incrementándolo considerablemente, la facilidad de acceso y portabilidad… son muchas de las razones que argüimos como ventajas de los nuevos formatos digitales frente a los impresos. Demasiados, ante el débil argumento de la querencia física del papel y su posesión en nuestros estantes. Sin embargo, es curioso constatar que justo cuando la voluntad general se erige en defensa de un cambio justificado en la mejora de hábitos sostenibles (p.e. el Plan de Contratación Pública Verde, aprobado en Cons. de Min. Desde el 11 Enero del 2008, que obliga a reducir el uso de papel, en un 40%, en las administraciones públicas), los certificados ecológicos, como el FSC, que garantizan la sostenibilidad de todo el proceso de elaboración del papel, adquieren más presencia que nunca como ventajas competitivas en el mercado de las Artes Gráficas. Y entonces es necesario plantearse la cuestión. Si un libro impreso en papel está generando el desarrollo de una energía no sólo limpia, sino que contribuye a limpiar como ninguna otra es capaz de hacerlo, cuya riqueza repercute en poblaciones en riesgo de extinción, y ya no me refiero a la flora y la fauna de algunos bosques centenarios que actualmente y cada vez más se gestionan a través de estos rigurosos controles de calidad, sino a la población de personas que comienzan a depender económicamente de la gestión sostenible de sus propios bosques, entonces… no puedo ver el problema medioambiental que la inexorable digitalización promete paliar, sino todo lo contrario; y entonces, es cuando la pendiente hacia abajo que nos conduce a la revolución de los nuevos formatos, encuentra una límite, ante el cual, sí creo que es posible detenerse. Y ya no puede hablarse tan a la ligera de la desaparición del libro impreso.
E. Marín Ramos.
Si tuviésemos que pararnos a pensar en esta pregunta, elegiríamos el libro impreso antes que el E-book, puesto que el certificado FSC se encarga más de proteger una energía renovable para las zonas con menos recursos económicos y así, poder asegurar una cierta sostenibilidad. Por otra parte el E-book, aunque no necesita los recursos de un libro, ni tiene problemas de almacenamiento, no consigue estas cosas. En conclusión ,el libro impreso en papel FSC es más ecológico porque demuestra una mayor preocupación por el medio ambiente. Antonio M.
ResponderEliminarTampoco vamos a decir ahora que el ebook es el culpable de la contaminación de la tierra! El número de unidades fabricadas es mucho menor que otros aparatos electrónicos que pueden contaminar más y no nos paramos a pensar en eso. Pero lo cierto es que, reflexionando sobre ello, el libro impreso en papel FSC es más ecológico, ya que el ebook solo disminuye el consumo de papel y también genera residuos. El papel FSC genera riqueza en la zona donde se cultiva, mantiene los bosques plantando nuevos árboles...
ResponderEliminarosp
El libro impreso en papel FSC es más ecológico porque aporta riqueza económica sostenible a zonas con escasos recursos económicos, es reciclable y mantiene la zona repoblándose con nuevos árboles y bosques que nos proporcionan oxígeno. Si que es verdad que con el e-book se disminuye el consumo de papel, pero es contaminante.
ResponderEliminarSandra.
Creo que para producir libros tanto en papel como en digital, se perjudica el medioambiente. El papel parece más beneficioso, aunque para su obtención se tengan que talar árboles. Por cada uno talado, se plantan cuatro, y gracias a los árboles, tenemos menos CO2 en la atmósfera. También es cierto que algunas de las especies que se plantan para producir papel como el eucalipto, agotan el suelo, ya que sus hojas impiden que crezcan otras plantas alrededor, aún así, creo que resulta menos perjudicial que el libro electrónico, cuya producción emplea básicamente productos derivados del petróleo, y se fabrica en países asiáticos dónde los derechos humanos no existen y mucho menos la gestión medioambiental. También recordaría que uno de los principales componentes de las nuevas tecnologías es el coltán, proveniente de las minas africanas, y es motivo de guerras, catástrofes medioambientales y esclavitud. Al ritmo que se consume la tecnología y la poca vida útil que tienen estos productos no resultan nada sostenibles.
ResponderEliminarMarga.
Un ebook es mucho más cómodo. Permite almacenar muchos libros entre muchas otras aplicaciones como escuchar música, tomar notas o visualizar imágenes. Y no talan árboles para su fabricación. Pero detrás de todo esto está su fabricación y su desecho. Para ello se necesitan materiales nada ecológicos que no son fáciles de conseguir por los cuales hay guerras o su fabricación en China donde solo explotan a personas para su fabricación. ¿ Y qué pasa cuando lo dejamos de utilizar y lo tiramos? pues estos son llevados a sitios donde antes habían bosques, o son exportados ilegalmente a África, donde son tirados en un lago de donde sus indígenas beben agua. La fabricación del ebook irá quitando puestos de trabajo poco a poco a gente que está relacionada con la producción del papel.
ResponderEliminarEl papel elaborado con el certificado FSC proporcionan más puestos de trabajo ya que se necesita gente para el cuidado de los bosques y que a la vez genera riqueza económica. Se pueden reciclar más de una vez y aunque no se recicle, no contiene elementos tóxicos que perjudiquen el medio ambiente.
Y ademas el papel es biodegradable.
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